"Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo". Benjamin Franklin.
Así es...
Bueno, antes de nada, os quiero explicar por qué he decidido dedicar este espacio a hablar un poco sobre temas que giran en torno a los pequeños y pequeñas de Educación Infantil.
La verdad es que todo empieza cuando, aún siendo yo tan pequeña como ellos y ellas, con apenas cuatro o cinco años, me preguntan que qué quiero ser de mayor. Es, en ese momento, cuando debería comenzar la lista de deseos sobre futuras profesiones: médica, arquitecta, farmacéutica, actriz, astronauta... Pero, curiosamente, no, ya que mi pequeña cabecita ya sabía perfectamente que quería dedicar toda su vida a lo que verdaderamente le gustaba: ser seño de Infantil.
Ahora, con dieciocho años, sigo teniendo la misma ilusión que cuando era una niña y sigo persiguiendo el mismo sueño que llevo persiguiendo desde entonces. Lo cierto es que no tengo familiares o amigos cercanos que sean tan pequeñitos y, verdaderamente, he compartido menos momentos de los que me gustarían con niños y niñas de esa edad.
Quizás os preguntaréis: pero, ¿Esta muchacha cómo tiene tan claro que ser seño de Infantil es lo que verdaderamente quisiera ser si nos está diciendo que apenas ha tenido contacto con niños y niñas?
Yo creo que ser seño no es algo que se quiere ser de un día para otro, porque para ello hay que tener lo que llaman vocación, y yo no sé exactamente definir este término con palabras, al igual que tampoco puedo explicar la sensación que siento cuando un niño o una niña pequeña me coge de la mano o cuando en una ocasión me llamaron "seño"... Es, en ese momento, cuando todo lo externo a nosotros, deja de tener importancia, y mi cabeza retrocede hasta el instante en el cual Paqui, la frutera de mi pueblo, me está preguntando: Lourdes, ¿Y tú qué quieres ser de mayor?
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